miércoles, 2 de mayo de 2012

Nada nuevo bajo el sol

Apollinaire, las vanguardias, la originalidad, los caligramas. Pero no hay nada nuevo bajo el sol. Aquí vemos dos "caligramas" de los siglos de Oro. El primero es un soneto firmado por un aventurero en alabanza al rey Carlos, con el deseo de que sigan sus victorias y tenga descendencia: el inicio de cada verso forma "CARLOS DE AUSTRI" y la "A" final (vocal en la que acaban todos los versos) está en el centro de la composición. Ni que decir tiene que la imagen del poema quiere mostrar que el rey es el Sol que guía a la nación.


El segundo es una "Exclamación a la muerte de Doña María Luisa de Borbón". Al igual que en el anterior, todos los versos acaban en A. Pero, más difícil todavía, hay vocales y sílabas insertas entre dos versos, que sirven para los dos. Por ejemplo, los dos primero versos dicen así: "Gima el ayre al dolor llore tal pena / Sienta al ver perecer flor tan temprana..."

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